Friday, September 14

piove... piove...

la lluvia sin parar me recuerda a Dublin...
en Dublin estaba el hotel ese, que se caía a pedazos, sobre un pub absolutamente clandestino...
sin carteles, ni ventanas, una puertita negra, con un timbre.. nada más... tocabas el timbre y un buzz te dejaba empujar la puerta.. el pub siempre estaba a oscuras, algunas lámparas ténues, una mesa de pool vacía, un tiro al blanco colgado, cualquier pub dublinés que se precie tiene un tiro al blanco para apuntar con los dardos, siempre un colorado en la barra, siempre una guiness, 'a pint', menos para qué?.. seguías hasta la escalera, de madera, inclinada, vencida por el tiempo, escuchabas el rechinar de cada peldaño, aún con la alfombra... en el piso de arriba estaba el B&B.. hiper decorado, muy glam rock de los '70.. tenía esa decadencia de sus íconos, que alguna vez fueron lo más y ahora apenas se mantienen en pie..


y no paró de garuar durante esos cinco días.. y caminar por esas calles fue indescriptible...

subí al avión y me llovió hasta el alma, como nunca me pasó con ninguna otra ciudad ..
amé Dublin, sus pubs, sus puentes, sus calles, su música, sus mitos, su lluvia, su inglés único, sus personajes, su melancolía y toda esa energía tan particular...

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